Comunicación Oral – El principio del socializar

Los seres humanos sienten la necesidad natural de identificar los objetos, los sentimientos, las personas y todo lo demás por los nombres que les confiere. Así establecen las bases de la comunicación oral.  Para Freud esta necesidad tiene origen en la relación entre la “percepción de ausencia” y el “reconocimiento del otro”, o sea, de todo lo que está fuera de sí. Porque el sujeto solo toma conciencia de sí mismo en el momento en que empieza a identificarse como “yo”.

Comunicación Oral – La Palabra y el “YO”

Al denominarse “yo”, el individuo utiliza la palabra, como una representación de sí mismo. Se constituye como sujeto a partir del símbolo. Es cuando, por la palabra (el acto de nombrar) reconoce a los demás y los integra en un movimiento de tránsito humano, o la comunicación oral,  a partir del mismo mecanismo de símbolos. Esto hace que el individuo obtenga una representación de las cosas en su cerebro, logrando que ellas se hagan presentes aún que estén ausentes y se pueda referir a ellas a través de la comunicación oral  siempre y cuando lo quiera.

Así puesto, entendemos que la palabra es primero un medio encontrado por el sujeto para representar su individualidad, estableciendo su identidad, y a posterior hace una conexión con la representación e identidad atribuida a los demás, permitiendo la integración a través del tiempo y del espacio para la vida en sociedad, lo que se expresa en el proceso de la comunicación oral.

Es alrededor de los 6 años de edad que uno asume una identidad personal y se ve a si mismo como individuo y a través de la comunicación oral en la vida en sociedad lo consolida.

Comunicación Oral – El pensamiento vocalizado

El acto de pensar antecede la palabra. De hecho, mucho antes de materializar los pensamientos con el uso del lenguaje o de la comunicación oral, ya los expresamos utilizando la voz no verbal que asume importante función en este proceso.

La comunicación oral no verbal ya se expresa a través de una risa de satisfacción y alegría.  También el llanto de agobio, incomodidad, tristeza o emoción. O un grito de entusiasmo, de dolor o de alerta. Expresiones sonoras también acompañan el bostezo y sensaciones de alivio o desagrado. Todas estas son formas de expresión o comunicación vocal no verbal de lo que sentimos y pensamos.

La voz empieza a utilizar la palabra como herramienta de comunicación en  el proceso de socializar, como ya mencionado. Pero, a menudo ocurre que la conexión entre lo que se piensa y lo que se siente no encuentra exactitud en la comunicación oral.

Las personas pasan por un proceso natural de crecimiento personal en el desarrollo de sus relaciones con el medio. La comunicación oral verbal tiene por objetivo que el individuo se haga comprender, o sea, que sea reconocido e interpretado por el otro. Además espera suscitar reacciones y despertar respuestas emocionales en los demás como: ser amado, odiado, respectado y más.

Comunicación Oral y La limitación de la Palabra

Las ideas y conceptos subjetivos que uno defiende o adopta como resultado de sus experiencias y raciocinio suelen estar impregnados de sentimientos y emociones. La limitación de la palabra para expresarlos hace con que muy a menudo la comunicación oral verbal no logre su objetivo de comunicar la realidad de lo que se quiere trasmitir.

Cuando la comunicación oral  no alcanza los resultados esperados, genera limitaciones en distintos ámbitos, siendo el nivel del autoestima uno de los más afectados, pues lo que desea el sujeto es “ser” reconocido, “ser” comprendido. Si el proceso no funciona bien el sujeto deja de “ser” en su relación con el medio y, a consecuencia, su concepto de “ser” ante sí mismo sufre efectos negativos.

Nivel de Autoestima y la Comunicación Oral – ¿Causas o Efectos?

Cuando el sujeto no logra suscitar en el otro la reacción que espera a través de la comunicación oral verbal, aunque sea básicamente la comprensión, el sentimiento que aflora es el de frustración o de “incapacidad” para emplear la comunicación oral, lo que puede llegar a incrementar de modo severo la baja autoestima, la timidez y otros trastornos de personalidad.

Bajo el concepto fisiológico de la comunicación oral, ocurre una reacción en cadena. La frustración genera cierto grado de ansiedad que conlleva a la alteración de la función respiratoria. La tensión emocional provoca también determinados grados de contractura muscular que afectan el proceso vocal. Las consecuencias suelen ir desde la mala postura hacia la emisión de voces alteradas o hasta mismo la supresión de la voz, en los casos más graves.

Es importante tener en cuenta que las consecuencias sobre la comunicación oral verbal se van a manifestar de acuerdo con las características de carácter o temperamento de cada individuo. Aludimos aquí a la clasificación del temperamento según Hipócrates y a las posteriores teorías en ella fundamentadas.

Considerando que la frustración conduce o incrementa la baja autoestima, el sujeto en que predomina un carácter de naturaleza sanguínea, colérica o apasionada expresará rabia cuando se sienta limitado en su capacidad de comunicación oral. El grado de contractura muscular será más elevado, incrementando el mal estar físico. A consecuencia el proceso vocal, es decir, la comunicación oral verbal se dará bajo tensión y alteración de la función respiratoria con reducción del flujo de aire, conllevando a una voz estridente, dura o cortante, que emplea demasiado volumen en el intento de imponerse, de “hacerse oír”. Es un intento de demostrar seguridad, pero falsa, porque en realidad con su actitud tiene por objetivo evadir la inseguridad que en realidad siente

El sujeto en que predomina un carácter sentimental, apático, amorfo o flemático expresará desanimo, depresión e incremento de la introspección si  tiene la sensación de que su capacidad de comunicación oral no produce el efecto en el otro que espera. En este caso, el tono muscular se acerca más a la debilidad, produciendo sensación de cansancio y estimulando la mala postura, como el curvar vicioso de la columna vertebral. La alteración de la función respiratoria genera también un flujo de aire reducido pero ahora ocasionado por procesos musculares ineficientes, lo que conlleva a una voz débil, apagada, insegura y poco audible.

Una persona que tiene baja su autoestima lo expresa de varias maneras. Pero al expresarla fisiológicamente en el proceso vocal de la comunicación oral verbal, reafirma ante sí misma su estado, cada vez que utiliza la voz, lo que ocurre a todo momento en que intenta comunicarse. Es como si llevara siempre consigo una señal de recuerdo de que su capacidad de comunicación oral  no es satisfactoria. Y cada vez que se lo recuerda, su baja autoestima se incrementa. Tratase de un círculo vicioso resultante de hábitos adquiridos, que limitan la expresión y que en muchos casos exige intervención terapéutica para romperse.

Comunicación Oral – Ajustes que aportan beneficios

No siempre es fácil mantener un buen nivel de comunicación oral verbal. Algunas personas tienen una capacidad natural para hacerlo, aunque el medio dónde se hayan formado como individuos pueda haber ejercido una influencia importante sobre esa naturalidad. Pero no nos olvidemos que los rasgos de personalidad innatos también hacen su parte de influencia sobre la naturalidad con que uno lleve a cabo el proceso de comunicación oral verbal.

A los que se enfrentan a las consecuencias de un proceso de comunicación oral verbal deficiente es de la máxima importancia pasar por un entrenamiento y así desarrollar la capacidad para hacerlo de un modo satisfactorio y adecuado, con el fin de corregir posibles efectos negativos que les puedan acometer. Entrenar técnica vocal, hacer clases de oratoria o teatro pueden proporcionar los ajustes necesarios al desarrollo de una comunicación oral verbal adecuada y contribuir a una mejora considerable en el nivel de autoestima.

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